Entrevista a Grendel Bellarousse, por Mirtha Caré
Nosotros después que llegaron ellos (Luvina y Arkhamell Books, 2024) es una antología que reúne a doce autores contemporáneos. Y aunque cada relato puede leerse como una unidad independiente, juntos crean un mosaico que entrelaza las historias a modo de novela.
Inspirada en la emblemática obra El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld, la narrativa se centra en una nevada mortal que amenaza la vida de sus personajes. Pero esta nieve no solo les representa un peligro físico, sino que también desata sus miedos y deseos más profundos.
Las preguntas que surgen son inquietantes: ¿por qué se produce este fenómeno, somos víctimas de una invasión? ¿Quién provocó esta nevada mortal? En medio del caos, ¿hay alguien en quien se pueda confiar?
Los autores, Maria Eugenia Alcatena, Grendel Bellarousse, Alfonso Bruno, Paul Calvetti Costa, Claudia Cortalezzi, Hernan Dominguez Nimo, Leo Figueroa, José García, Gabriel Juarez, Jorge Lacuadra, Leónidas Moreyra e Isabel Santos, a través de sus diferentes estilos, crean una trama que explora la fragilidad humana y la búsqueda de respuestas en un entorno hostil.
¿Cómo surgió la idea de crear esta novela de ficción en la que doce autores contribuyen con relatos interconectados?
“Ellos son el odio... El odio cósmico... Ellos quieren para sí el universo todo... Ellos nos obligan a destruir y a matar a nosotros...” Ellos, como dice esta cita perteneciente a la obra homenajeada, son los culpables de todo el horror y la muerte que trajeron consigo con su invasión. Ellos son poderosos, inevitables, y parece ser que invencibles. ¿Y qué hay de nosotros? ¿Somos obligados a destruir y matar por y para Ellos? ¿Acaso somos siempre las víctimas? Ellos representan al poder y por ende el protagonismo, y pareciera que sin su consentimiento nuestra propia existencia no tendría permiso para ser, y si lo es está supeditada y condicionada a la conveniencia de Ellos. En el comic “Mr. Miracle”, de Tom King y Mitch Gerards (2017), el Mal está representado en la figura de Darkseid, un Nuevo Dios creado en 1971 por Jack Kirby para el panteón de su Cuarto Mundo. El propósito de Darkseid es encontrar la Ecuación de la Anti Vida, que no es más que la demostración empírica de la futilidad de la existencia. No hay sentido para la vida, no hay razones por las qué vivir. En el devenir de este comic se repite una viñeta con esta oración: “Darkseid es”. Es un mantra que nos recuerda insistente y molestamente la persistencia del Mal, su triunfo y permanencia eterna, imposible de evitar y erradicar, que es también lo que representan Ellos. ¿Y Nosotros qué hacemos al respecto? Nos agrupamos para dar sentido al pronombre y resistimos, por más inútil que sea el gesto, o nos rendimos y los votamos incluso, si nos dan la burlona posibilidad de hacerlo. Es ese gesto, entonces, el gesto de tomar el protagonismo y también el de hacernos cargo de asumir culpas y responsabilidades, y dejar de delegar en Ellos y ponernos en contra de los Otros, en la otredad que nos inculcan odiar por pensar diferente, por tener otro idioma y un tono de color de piel diferente al nuestro, o una posición social más o menos privilegiada que la nuestra; rasgos que tenemos que tener en cuenta para no caer en el juego de Ellos, y así, fuera de la mezquindad y la endogamia, ser partícipes y protagonistas de nuestra historia, de nuestro derecho a ser. ¿A qué vino la referencia a Mr. Miracle y Darkseid? En las últimas viñetas de esta obra, Big Barda, esposa del protagonista, le dice a su marido: “Darkseid es”. Y su marido, el Mr. Miracle (Señor Milagro) del título, le responde: “Sí, lo sé. Pero... Nosotros también somos”. Y de esa frase surgió la idea para esta antología, que me encanta que la interpretes como una novela.
¿Por qué escribir a partir de la nevada mortal de El Eternauta?
Porque la nevada mortal es lo que contribuye a interconectar los relatos, terminando de contestar la primera pregunta. Cuando tuve que darle un orden a los cuentos el denominador común que encontré fue la nevada mortal. Incluso cuando los cuentos se sitúan en diferentes épocas de diferentes Argentinas, diferentes continuums de un mismo multiverso. En la obra de Oesterheld hay tres momentos en los que la nevada define el devenir de los acontecimientos: nevó, paró de nevar y comenzó a nevar de nuevo. Pero también todos los cuentos hacen referencia a la misma invasión extraterrestre (detalles más, detalles menos), que El Eternauta le contó a Oesterheld en su obra original.
¿Es necesario haber leído la mítica historia de Oesterheld para comprender esta?
En absoluto. Porque si bien estos cuentos se basan en una invasión extraterrestre, la invasión transcurre en las ciudades, pueblos y barrios que los lectores podrán reconocer con su idiosincrasia, lugares que conocemos y nos interpelan, y eso crea un vínculo inmediato; casi inherente.
Por otro lado, conocer la obra de HGO a la que refiere y homenajea este libro, más aún a la versión de 1969 dibujada por Alberto Breccia, a quien tomé como referencia para las ilustraciones, enriquece la lectura. La lectora y el lector avezados reconocerán situaciones que dispararon los relatos de García, Figueroa y Dominguez Nimo de la obra original; Juárez va más allá al intercalar la obra de Arlt en su homenaje, así como las ilustraciones que dan otro guiño al mostrar personajes de la obra tributada.
¿Cómo se logró la cohesión entre los relatos, a pesar de transcurrir en “diferentes épocas o Argentinas de un vasto multiverso”?
Eso se logró de un modo mágico y misterioso. Si hay algo que distingue esta antología es la diversidad temática. A partir de tener una premisa establecida, los autores lograron creaciones únicas en sus relatos. Armamos un grupo privado en una red social para subir los cuentos que habían sido escritos, así los autores que tenían su relato pendiente podían leerlos y evitar así coincidir con otro. No hay un cuento que se parezca a otro, y aun así hay una cohesión entre ellos.
¿Cómo se seleccionó a los autores encargados de armar este entramado?
La selección fue personal y arbitraria. Conozco a los autores, admiro sus trabajos y fue un honor contar con la colaboración de cada uno de ellos. Obviamente la condición principal era que conocieran la obra homenajeada. Hay casos especiales como los de Moreyra y Bruno, cuyos relatos son los primeros que publican oficialmente, y el de Santos, quien cumplió en tiempo record la fecha de deadline.
Además del antologista, también sos uno de los autores y el ilustrador. ¿Cómo viviste esa experiencia multifacética?
Soy, antes que nada, un dibujante. Supongo que dibujé mucho antes de escribir (bueno, escribir a pulso es un modo de dibujar). Luego me puse a escribir y hacer historietas, que involucra las dos disciplinas, y también canto. Todo esto de modo aleatorio. Creo que una vez que el proyecto comenzó, con la convocatoria al grupo de escritores, ya tenía el primer boceto de la portada, que no varió mucho de la versión final. Como ilustrador surgieron ideas que puse en marcha con la aprobación de los autores. Para empezar, elegí la estética y el estilo que usó el Viejo Breccia para su versión de 1969, y un par de dibujos del estilo de Solano López, autor de la versión original. Luego, al momento de ilustrar los relatos, les pregunté a los autores si estaban de acuerdo en que ellos salieran retratados en la ilustración de sus respectivos cuentos y, por ende, que los lectores los reconocieran en la parte final del libro, donde figuran sus biografías. Volviendo a la portada, elegí una tipografía un tanto impactante, de tono posapocalíptico, y realicé un diseño típico de afiche serigráfico, esos que solían anunciar peleas de boxeo o grupos de cumbia o rock, que tocaban en antros suburbanos. Esa estética de afiche en blancos y negros puros surgió de casualidad, también. O no tanto... Por último, escribí mi cuento después de que Laura Ponce, mi amiga y prologuista de este libro (y una referente absoluta de la ciencia ficción argentina y latinoamericana), me preguntara: “¿Y vos no pensás escribir ningún cuento en tu propia antología?”.
¿Cuáles fueron tus tareas como antologista?
Como antologista mi tarea fue convocar a los escritores elegidos ¡y por suerte no tuve que convencerlos! Y darles las premisas de la antología, en los que la originalidad de sus textos prevaleció en el homenaje a la invasión extraterrestre usada como referente, siempre en el marco de la “fan fiction”.
¿Qué te dejó esta experiencia?
Uf. Fue una experiencia nueva, grata y muy enriquecedora. Trabajar con tan buenos colegas como los profesionales y muy buenas personas que son fue un verdadero placer.
¿Cómo fue la interacción entre los sellos Arkhamhell Books y Editorial Luvina?
El trabajo de antologista había caído totalmente en mí hasta que Luvina, la editorial de Claudia Cortalezzi y Fabián Rossini, se ofrecieron a publicar este libro. Teniendo las portadas listas y las ilustraciones resueltas, quedaron pendientes las portadillas y las biografías con los retratos de los autores sacados de las ilustraciones de sus cuentos y un par más de ilustraciones agregadas al inicio y final del libro. El diseño de Fabián en la maquetación del libro quedó magnífico y el trabajo de edición final de Claudia en los textos fue todo un éxito. Ojalá sea el inicio de una próspera colaboración entre ambos sellos.
¿Qué te gustaría destacar del libro? ¿Por qué los lectores tienen que acercarse a él?
A pesar de partir de una premisa específica se logró una variedad inusitada en una antología temática. Cada cuento es muy diferente al otro, y aun así, vuelvo a recalcar y a coincidir con vos, conforman una novela. Qué excelente la última pregunta.
El ejercicio de la memoria. En “Huellas de la Invasión”, esa hermosa instalación y muestra basada en la invasión extraterrestre narrada por el Eternauta, expuesta en Tecnópolis en el 2014 (hace una década, exactamente), se hacía un ejercicio de la memoria. Se expusieron trajes, armas, restos fósiles de los invasores alienígenas, se construyeron maquetas en escala para mostrar el tamaño y accionar de las criaturas extraterrestres, y todo esto presentado como un hecho verídico, como algo que sucedió y no recordamos y no encontramos en ningún manual escolar y en ningún texto académico. Hay, en esta presentación, un video que juega con la memoria histórica y nos presenta una Buenos Aires bombardeada de verdad. Una Buenos Aires que fue bombardeada por su propia Fuerza Aérea en 1955 para derrocar a un presidente elegido constitucionalmente. Un hecho que no llegamos a ver en un manual escolar y que no todas las currículas docentes llegan a desarrollar en clases.
Leer lo que haríamos frente a una invasión extraterrestre como sobrevivientes y combatientes, incluso como testigos pasivos o, peor aún, como sujetos usados por el invasor, y todo esto en nuestro propio barrio, quizás sirva para mantenernos alertas, aunque sea para reconocer cuando seamos invadidos, o por lo menos desconfiar de una nevada, antes de salir y disfrutar de ella.
Grendel Bellarousse, nació en CABA en 1969. En el año 2016 fue seleccionado en la antología internacional WHITESTAR, dedicada al genio de David Bowie en todas sus facetas artísticas. Fue publicado en la revista Próxima (2017); en la revista digital The Wax (2018), la editorial Inquietantes (2019/23); las antologías: NEXUS-6 (2019), dedicada al universo de Blade Runner; Pueblo Maldito (2021) y Ciudades Imaginarias (2023). Para estas tres antologías fue convocado por el grupo literario La Conspiración de los Fuleros. En el año 2020 participó en la antología Cuentos Magistrales de Autores Tertulianos y con su sello Poe Kiddie Komicz publicó tres poemarios: Al Fulgor de la Llama Verde, Esencial y Constelaciones.
Es antologista, ilustrador y autor del libro Nosotros después que llegaron ellos, Luvina y Arkhamell Books, 2024.